fuente: http://www.artemisanoticias.com.ar/site/notas.asp?id=51&idnota=3871
400 golpes
Por Sandra Chaher 22.3.2007
¿Por qué los números a veces no nos sorprenden? Como periodista tengo que reconocer que yo misma muchas veces los paso por alto, un dato más entre millones de otros datos, imposibles de asir en la maraña de estadísticas que expulsan organismos bien y mal intencionados.
Pero a veces los números dicen mucho, sobre todo cuando se los compara con otros números. Danza de cifras que diseñan escenarios estremecedores.El informe de la Organización Internacional de Migraciones Estudio Exploratorio sobre la Trata de Personas con fines de Explotación Sexual en la Argentina, Chile y Uruguay, difundido hace pocas semanas, dice que en el año 2006 desaparecieron en Argentina 400 mujeres con el fin de ser explotadas sexual y comercialmente.Aunque el informe tuvo difusión en los medios de comunicación, y es un referente para las organizaciones que trabajan el tema de la trata y el tráfico de personas, fue tomado como una investigación más y el dato de las 400 mujeres desaparecidas, como otro dato estadístico. 400 mujeres abusadas, maltratadas, probablemente violadas y golpeadas, obligadas a prostituirse, a consumir drogas contra su voluntad. 400 familias destruidas: hijos que se quedaron sin madre, esposos sin mujeres, madres y padres sin hijas, amigas sin amigas. 400 golpes. Pero quizá 400 sea un número bajo, poca cosa para que las autoridades nacionales, las internacionales, las y los opinadores que siempre están cuando hay que figurar, entiendan de qué se está hablando. 400 mujeres desaparecidas quiere decir muchas cosas: que hay un negocio que no vemos, o no queremos ver, que es muy poderoso y está delante de nuestras narices, no en Centroamérica o en Malasia; que hay autoridades cómplices que dejan pasar los delitos y por lo tanto Argentina es un centro de alta corrupción e impunidad en materia de trata y tráfico de personas; que quienes deberían hacer cosas –el Estado sobre todo- todavía no incluyó el tema como política pública prioritaria; pero también quiere decir que Argentina sigue teniendo, como muchos países colegas del continente, una cultura que naturaliza la desaparición de personas.Desaparecieron 400 mujeres. Pero che, no es tanto, si tenemos treinta mil desaparecid@s. ¿Tendremos que llegar a las 30 mil mujeres desaparecidas destinadas al mercado sexual para que haya un juicio, y un libro, y presos, y una generación lamentándose de la pérdida de compañeros y compañeras de ruta, y para que la comunidad internacional y los medios de comunicación hagan primeras planas con la trata y el tráfico y lo incluyan en la agenda política y mediática?Según los últimos reportes de la ong Nuestras Hijas de Regreso a Casa, integrada por familiares y amigos/as de mujeres asesinadas y desaparecidas en Ciudad Juárez (México), desde 1993 desaparecieron en esa ciudad 600 mujeres y se encontraron los cuerpos asesinados de otras 460. Ciudad Juárez, gracias a la labor militante de la sociedad civil -ya que el gobierno mexicano colabora poco y nada en el esclarecimiento de las muertes-, logró ser puesta en el foco de la atención internacional. Artistas e intelectuales de todo el mundo manifestaron su apoyo a las y los familiares de las víctimas; se hicieron películas sobre el caso; hay un fuerte movimiento cultural alrededor de estas muertes; y hoy Ciudad Juárez es un emblema internacional de la impunidad, el crimen, y la corrupción. Es cierto que esto no impide que sigan desapareciendo mujeres: hace apenas un par de semanas encontraron los cuerpos asesinados de una mujer y una niña. Pero al menos, la gente se entera y como periodista tengo que creer que eso ayudará en algo.En Ciudad Juárez desaparecieron 600 mujeres en 13 años. En Argentina, 400 en sólo un año. No podemos hablar aún de asesinadas porque no aparecieron cuerpos, pero sobre muchas de ellas, como Marita Verón, sobrevuela la sospecha del asesinato y, por la forma en que accionan las redes de traficantes, es presumible que muchas hayan sido “descartadas” una vez usadas a destajo.¿Hace falta decir más, dar nuevos datos, elaborar otros informes? ¿Hay que esperar que sean 30 mil para que alguien despierte? ¿O 15 mil, si pensamos que de los 30 mil desaparecidos/as quizá la mitad fueron mujeres?Quizá recibimos un shock de anestesia hace muchas décadas, cuando nos fundamos como país, y hay cosas que no nos afectan hasta que es demasiado tarde. Hoy todos/as sabemos que perdimos a una generación valiosa de mujeres y varones valientes e inteligentes. ¿Cómo vamos a lamentarnos mañana de la muerte de estas mujeres? ¿O es que acaso ese lamento será menor, o nunca llegue, porque al fin y al cabo sólo son mujeres, y la mayoría pobres? Quizá por eso pocos/as hablan por ellas, pocos/as tratan de recuperar sus voces perdidas.
miércoles, 4 de abril de 2007
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